Si colocamos las correas redondas de la bomba del agua directamente sobre el eje, sin que apoyen y se peguen a la polea que habría que instalar en este último, haremos que la relación de transmisión del movimiento entre el eje y la bomba del agua sea más larga. La consecuencia (teórica) es que, de esta forma, a igual número de revoluciones del eje, la bomba del agua dará menos vueltas. Lo que se busca con esto es que, al reducir el número de revoluciones de la bomba, el agua discurra en el sistema más lentamente, permaneciendo por más tiempo en el radiador y, en consecuencia, se enfríe en mayor medida, lo cual funciona bien sobre todo en las pistas rápidas, con largas rectas. Sin embargo, lo que no se tiene en cuenta es que la correa redonda, en contacto directo con el eje, ya a partir de los 70 km/h, empieza a patinar. Cuando esto ocurre, la correa deja de transmitir correctamente el movimiento a la bomba, que baja de revoluciones y empieza a enfriar mal el agua, por lo que se obtiene justo el resultado contrario del que se buscaba. Por eso yo aconsejo instalar la polea del eje siempre, para así optimizar el funcionamiento de la bomba. En los circuitos rápidos, claro está, lo que aconsejo es utilizar una polea con un diámetro exterior reducido.