Muchos no lo saben, pero siempre es mejor si se evita tocar el disco de freno directamente con los dedos o con guantes sucios. El motivo es que la humedad de la mano o la suciedad del guante acabarían contaminando los discos, afectando, en consecuencia, a la frenada. Además, el metal del disco puede oxidarse ligeramente. En caso de que, incluso inadvertidamente, se acabara tocando de todas formas los discos de freno, podemos limpiarlos con el limpiador de frenos para mantener su integridad.