El casco es el primer sistema de protección del piloto que nos viene a la mente cuando pensamos en el motorsport, incluido el karting. Sin embargo, además de proteger, el casco tiene un papel fundamental en el rendimiento en la pista. Por esta razón los distintos fabricantes tratan de utilizar materiales resistentes pero al mismo tiempo livianos, para reducir la fatiga del piloto y limitar el peso en un punto bien alejado del centro de gravedad del conjunto piloto-kart. En este sentido, el carbono es, sin duda, el principal material que, gracias a sus características, consigue combinar ligereza y alta resistencia. Aquí tienen cinco modelos de cascos (homologados por Snell y/o FIA) de carbono, aptos para el karting, con precios que van desde los 540 hasta los 1.830 euros.