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En el diseño de un sistema de frenado, la elección de un concepto técnico en lugar de otro puede influir significativamente en el funcionamiento del propio sistema, en la sensación que transmite al piloto y en la durabilidad de sus piezas. Existen diferentes conceptos técnicos en el mercado porque, con toda probabilidad, cada fabricante adoptó el suyo en el pasado y luego, evolución tras evolución, homologación tras homologación (¿qué son las homologaciones? Lea "Dossier | Homologaciones FIA: qué son, para qué sirven, cuánto duran... ¡la guía definitiva!"), no dejarlo más, aunque sólo sea por una cuestión de marketing y de fidelización/personalización de la clientela. Ocurre, pues, que los diseñadores de los distintos fabricantes se encuentran a menudo con "limites" impuestos frente a las que tienen que diseñar un sistema que funcione de la mejor manera posible.
Sin embargo, desde el punto de vista del piloto, es imposible decir a priori que una solución es mejor que otra. De hecho, depende de cómo se haya diseñado el sistema, del grado de desarrollo y de cómo los demás componentes trabajen en sinergia para que el conjunto funcione lo mejor posible. Pero, ¿cómo orientarse en un mercado tan diverso, en el que, además de los componentes específicos de equipo original ofrecidos por cada fabricante, existen también componentes posventa? Para ayudarle a tomar las decisiones más adecuadas, vamos a describir las opciones de construcción más comunes - destacando los pros y los contras - en relación con los principales componentes del sistema de frenado: discos, pinzas, cilindros maestros de freno y líquido de frenos.
Nota de la redacción
En este artículo analizamos las opciones generales y más comunes de diseño y construcción, sin tener en cuenta los detalles específicos de cada fabricante. Opciones técnico-constructivas que ofrecen sus propios pros y contras en relación con los principales componentes del sistema de frenado: discos, pinzas, cilindros maestros de freno y líquido de frenos.
Disco de freno
El primer elemento que ponemos bajo la lupa es el disco de freno (en el artículo "Técnica | Los secretos del disco de freno", puede obtener más información sobre su funcionamiento y los conceptos en los que se basa su construcción), que, a lo largo del tiempo, ha sido objeto de numerosos experimentos y variaciones propuestos por diversos diseñadores, todos ellos destinados a resolver los dos principales problemas que afectan a su rendimiento: el sobrecalentamiento (causado por las fuerzas que intervienen en el proceso de frenado, para más detalles véase "Técnica | La dinámica del frenado") y los depósitos de residuos (por ejemplo, de las pastillas) que, con el tiempo, se acumulan y corren el riesgo de afectar negativamente a la fricción entre la pinza y el disco. Hoy en día, los discos de mayor rendimiento están equipados con un mecanizado especial: perforaciones en la cara del disco para permitir una dispersión más uniforme del calor y una mejor evacuación del agua en caso de lluvia, o ranuras radiales, para facilitar la eliminación del polvo y los residuos de la fricción. Otra característica típica de los discos de freno con mejores prestaciones es la presencia de ranuras radiales, que durante la rotación actúan como conductos de aire para eliminar el calor, por lo que se denominan "autoventilados". Por último, el conjunto del disco puede ser rígido o flotante, es decir, libre de moverse unos milímetros radialmente. En este último caso, el contacto entre la pastilla y el disco es más simétrico y uniforme.