No es la mezcla lo que cuenta, sino la carcasa del neumático: hay neumáticos blandos pero de carcasa dura que son, por tanto, más difíciles de quitar de la llanta. Al contrario, podemos tener unos neumáticos duros pero de carcasa blanda, siendo, pues, más fáciles de sustituir. La carcasa cambia según el fabricante de los neumáticos, pero es ese, en cualquier caso, el parámetro adecuado para determinar la dificultad en su extracción manual de la llanta.