La malla de la huella de los neumáticos está hecha con una "combinación" de polímeros, aceites, polvo de carbón y otros elementos vulcanizado (un tratamiento químico que los suaviza, nota del editor). Si tenemos en cuenta que los neumáticos están sujetos a un constante (aunque mínimo) proceso de vulcanización, a medida que pasa el tiempo perderán sus propiedades mecánicas más importantes, que es la capacidad de "adaptarse" a los orificios microscópicos que caracterizan la superficie de una carretera o pista. Además, las carcasas de los neumáticos contienen una capa de nylon que tiende a absorber la humedad a medida que pasa el tiempo, con evidentes efectos sobre el rendimiento. Como media, transcurridos unos 7 meses, los neumáticos de malla dura pierden unas de 4 o 5 décimas por vuelta, mientras que los neumáticos blandos pierden menos velocidad (2 décimas) y tienen un comportamiento más estable"