Una vez seleccionado el banco de pruebas adecuado, hay que preparar la zona y el motor para que todo (componentes y herramientas) esté a mano durante la sesión. Nunca, como en este caso, el tiempo marca la diferencia. En primer lugar, recomendamos vivamente que acuda al banco de potencia con todos los componentes del motor en un estado totalmente limpio y, de ser posible, con un desgaste limitado. Esto sirve tanto para obtener mejores datos como para garantizar una mayor confiabilidad del motor, que será sometido a un gran estrés mecánico durante las pruebas. Por otro lado, en cuanto a la configuración general, es importante anotar todas las características principales al inicio de la prueba (carburación, squish, eventuales avances, cigüeñal utilizado, etc. etc.) y actualizar la hoja a cada cambio, para tener siempre una idea exacta, en todos los detalles, del motor que se está probando. Esta información será muy útil a la hora de evaluar e interpretar los datos registrados durante las pruebas. En nuestro caso, el banco de pruebas elegido registra y guarda los valores atmosféricos, así como los principales valores de funcionamiento del motor, generalmente: rpm, temperatura del motor, potencia y torque. Sin embargo, hay que tener en cuenta que también se pueden registrar otros tipos de datos, gracias a las sondas adicionales que se pueden conectar: es decir, los extras opcionales del banco de potencia. En cuanto a la relación a utilizar, debe ser siempre la misma, incluso entre pruebas. Cualquier relación es válida, pero por lo general se tiende a preferir una que no sea ni demasiado corta ni demasiado larga, con el fin de mantenerse dentro de un rango medio de uso. Lo importante es que la combinación Piñón-Cadena-Corona sea óptima, es decir, con componentes que ofrezcan el mismo nivel de uso y que suelan estar nuevos o muy poco usados.